La Torre del Tarot no suele ser considerada como una liberación. Por el contrario es una de las cartas que más asustan a los neófitos del Tarot. Cuando sale esta carta enseguida se piensa que todo va a ir mal, en destrucción, ruina, caos, etcétera. Hace un tiempo publicamos en este mismo blog una entrada sobre las cartas negativas del Tarot. Y hoy queremos compartir esta lectura, que hemos realizado hace pocos días, sobre este mismo tema.

¿Cuál es el mensaje resumido que las cartas daban a nuestra consultante? ¡Enhorabuena, por fin te vas a divorciar!

Suena muy raro, ¿verdad que sí? Pero como siempre decimos en 78 Puertas, todo depende de la pregunta y de las cartas que salen en la tirada. Así que vamos a explicaros por qué a nuestra consultante esta Torre le cayó como agua de mayo.

 

La Torre del Tarot como liberación

La Torre como liberación

En esta foto podéis ver la tirada que salió cuando echamos las cartas para nuestra consultante. Obviamente no vamos a mencionar nombres, ni ningún otro dato personal.

Era una consulta por escrito y lo único que sabíamos era la pregunta que nos hacía:

¿Cómo va a evolucionar mi matrimonio?

Fijaos que no sabemos nada de nada ni de la consultante, ni de su relación, ni del tipo de relación (hetero u homosexual), edades, nombres, signos astrológicos,… En realidad no hacen falta para leer las cartas. Como enseñamos en nuestros cursos, lo único que hay que hacer es MIRAR las cartas, analizarlas y extraer conclusiones.

 

Primer vistazo a las cartas

Lo primero que llama la atención al mirar las cartas es el alto número de cartas consideradas habitualmente como negativas, Arcano XIII (Muerte), Diablo y Torre. El Loco y la Papisa suelen ser neutras en este aspecto. Es decir, a ojos de un principiante, veríamos esta tirada como muy negativa y poco alentadora.

 

Leyendo las cartas

Pero si entramos a leer las cartas tal y como lo hacemos nosotros, vemos cómo nuestra consultante se encuentra “atada” a una relación tóxica que la hace mucho daño. No sabemos cuál es el motivo por el que está “atada” y de hecho, da lo mismo que sea por motivos materiales, miedo, enganches emocionales o lo que sea.

Nuestra consultante ya sabe cómo está y lo que quiere saber es cómo va a evolucionar su matrimonio, lo que viene después. Y después de ese Diablo leído antes, viene la Torre. Una Torre en la que se rompen las ataduras que la mantenían encadenada a una relación insana. Y que, por tanto, sólo puede ser leída como una liberación. Si la consultante nos indica que está casada y aquí vemos que se rompe ese vínculo, y si vemos además el mal matrimonio que tiene, entonces es fácil llegar a la conclusión de que esta ruptura es algo bueno.

¿Qué ocurrirá después de esa ruptura? Pues que nuestra consultante se encaminará a una nueva época en su vida dejando el pasado en el pasado. Es decir, al poner un punto y final a su matrimonio actual, pondrá las bases para poder construir un nuevo futuro. Lo que ocurra en ese futuro no lo indican las cartas, y tampoco se lo hemos preguntado. Os recuerdo que la pregunta era “cómo va a evolucionar mi matrimonio“.

Además, las cartas están recomendando que se rompan esos vínculos, que la consultante ponga de su parte y actúe activamente en finalizar su matrimonio. ¿Por qué? Pues porque, como han indicado antes las propias cartas, ese matrimonio es dañino y perjudicial. Es una relación tóxica a nivel emocional, y en esa situación con estas cartas, el mensaje es bien claro: acaba con ese matrimonio.

 

La Torre como liberación:

¡Enhorabuena, por fin te vas a divorciar!

 

Ése es el mensaje que las cartas transmitían a la consultante. Ésa era la respuesta a la pregunta que hizo a las cartas sobre cómo iba a evolucionar su matrimonio. Los tiempos oscuros quedaban en el pasado, no debía volver a ellos, y tenía que abrirse camino hacia un nuevo futuro, que a poco, sería mucho mejor que el presente que tenía ahora.

Si quieres más información del arcano de la Torre como carta positiva, te recomendamos este vídeo.

Nota: Para esta tirada hemos utilizado el Tarot de Marsella de Grimaud.

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