Aprender Cartomancia con humor no tiene por qué ser algo imposible. En realidad, el hecho de emplear el humor a la hora de conocer y aprender a leer las cartas facilita enormemente la asimilación de los conceptos.

Esto no implica que sea algo jocoso, o cosa de risa, o que no tenga un componente “serio”. Se trata únicamente de que al emplear el humor, nuestro cerebro lo interpreta de una manera diferente y lo asimila más fácilmente.

Por eso en este artículo del blog de 78 Puertas vamos a compartir esta historia cómica que esperamos que te guste y te instruya.

Aprender Cartomancia con humor

Aprender Cartomancia, a leer las cartas, con humor no es algo baladí, ni sin sentido. El empleo de la jocosidad a la hora de memorizar conceptos está bien documentado en estudios desde hace tiempo.

Esta historia que vamos a compartir hoy contigo se llama “Las cartas espiritualizadas” y es anónima. Vamos a utilizar como fuente la Gran Enciclopedia del Tarot, de Stuart R. Kaplan donde aparece recogida.

Según los datos, fue publicada en el año 1776 en el Courrier du Bas-Rhin, en el número 69, con el título de “Les cartes spiritualisées”. Los autores de la revista declaran que “es una historia insertada en periódicos ingleses y que nos pareció lo suficientemente agradable como para traducirla”. De aquí se deduce que es anterior al año 1776 en el que fue publicada en la mencionada publicación.

 

Las cartas espiritualizadas

Un soldado llamado Richard Middleton entró a una iglesia para la misa de domingo junto con el resto de su regimiento. En vez de coger una Biblia como todos los demás para seguir el texto del sermón, sacó una baraja de cartas de su bolsillo. Poco a poco la extendió delante de sí con la misma seriedad que si fuera un libro de oraciones.

Los asistentes, incluyendo su sargento, pronto se dieron cuenta de lo que hacía. El sargento le ordenó que guardara las cartas, ya que esa acción en ese momento y lugar era una indecencia y una conducta escandalosa.

Richard escuchó con sangre fría las órdenes de su sargento, dejó que terminara la reprimenda, y sin  responderle, continuó a lo suyo con la misma seriedad de antes. Mantuvo su actitud devota y contemplativa ante su baraja de naipes.

Al terminar el servicio, el sargento ordenó a Richard que lo siguiera y lo llevó ante el alcalde de la ciudad y presentó una denuncia formal por el escándalo cometido.

 

Justificación de las cartas
  • Bueno –le dijo el alcalde a Richard-, se trata de algo injustificable, así que espere ser severamente castigado.
  • No me faltan buenas razones –respondió el soldado- si su dignidad se aviene a escucharme.
  • Estoy de acuerdo –añadió el alcalde-, vamos explícate.
  • Pues tendré el honor de decirle a su dignidad que soy un pobre diablo que sólo recibe cinco céntimos al día. Lo que, como sabe usted, apenas alcanza para las necesidades más apremiantes de la vida. Así que no debería sorprenderle que no tenga dinero suficiente para comprar una Biblia, o un libro de oraciones. Pero poco importa que durante la misa lea en la Biblia o en las cartas, porque las cartas me recuerdan la grandeza de Dios.

En ese momento, Richard sacó su baraja de naipes del bolsillo y, enseñando uno de los ases al alcalde, continuó:

 

Cartas del 1 al 10 del palo de Corazones de la Baraja Francesa
El As
  • Cuando veo uno de estos ases, recuerdo que hay un solo Dios, creador y guardián de todas las cosas. Y también que en el primer día creó el cielo y la tierra. Uno es la medida común de todas las cosas; es indivisible, no puede ser múltiple.

 

El Dos
  • El dos me recuerda el segundo día de la creación, cuando Dios dijo “Hágase la luz”. El dos también representa al Antiguo y el Nuevo Testamento, y el sacramento del matrimonio. Cuando los animales de la tierra entraron en el arca de Noé, lo hicieron de dos en dos, machos y hembras.

 

El Tres
  • Cuando veo el tres, recuerdo que Dios es trino, son tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Al tercer día, Dios separó la tierra de las aguas. El tres también tiene un valor misterioso, que se manifiesta en la trinidad del tiempo en pasado, presente y futuro. En el hombre están el cerebro, asiento de la inteligencia, el corazón, asiento de las cosas celestiales, y el cuerpo, asiento de los elementos. El espacio es tridimensional y está formado por su longitud, su anchura y su grosor.

 

El Cuatro
  • El cuatro me recuerda a los cuatro evangelistas, San Mateo, San Marcos, san Lucas y san Juan. En el cuarto día, Dios hizo el Sol, la Luna y las estrellas que regularon los años, los meses y los días. El cuatro también significa fuerza y fundamentos; hay cuatro elementos, cuatro puntos cardinales y cuatro estaciones.

 

El Cinco
  • El cinco me trae a la memoria las cinco vírgenes a las que se les ordenó mantener encendidas sus lámparas. Es cierto que eran diez, pero las otras cinco estaban locas, como bien sabe vuestra dignidad. En el quinto día, Dios creó los peces y las aves. También tenemos cinco sentidos, y el pentagrama se compone de cinco letras; cinco dividen diez, la suma de todos los números.

 

El Seis
  • Cuando pienso en el número seis, inmediatamente viene a mi mente que Dios creó el mundo en seis días. Y que en el sexto día creó a los animales que viven en la tierra, y al hombre a su imagen y semejanza. El seis es también el número perfecto, ya que es el único igual a la suma de su mitad, tercera y sexta partes. Representa igualmente la servidumbre, a causa del mandato divino: “Durante seis días trabajarás, pero el séptimo día no harás ninguna obra”.

 

El Siete
  • En el séptimo día, Dios descansó, y el siete también me trae a la memoria las siete maravillas del mundo. El siete representa la vida, ya que incluye el cuerpo con sus cuatro elementos. Éstos son el espíritu, la carne, los huesos y el humor, y el alma, cuyos tres elementos son las pasiones, los deseos y la razón.

 

El Ocho
  • Al ver el número ocho, mi mente recuerda a las ochos personas justas que escaparon del Diluvio universal. Es decir, Noé y su esposa, con sus tres hijos y sus esposas. Ocho representa igualmente la justicia y la integridad. Dividido una primera vez, sus mitades son iguales; dividido una segunda vez, permanece también parejo.

 

El Nueve
  • El número nueve trae a mi mente la curación de los nueve leprosos: sé que eran diez, pero sólo uno le dio las gracias a Jesucristo por curarlo. Nueve es igualmente el número de las musas que presidieron las artes y las ciencias.

 

El Diez
  • Obviamente el número diez me recuerda a los diez mandamientos que Dios le dio a Moisés en el monte Sinaí. Diez representa también la perfección, ya que sólo se puede contar más allá de él por la combinaciones formadas por otros números

 

Las Figuras de Corte

 

Cartas de las Figuras de Corte del palo de Corazones de la Baraja Francesa

 

Cuando Richard había pasado así por todas las cartas menores, empezó con las cartas de corte. Tomó una sota (Knave en inglés, que significa sirviente en las casas y al mismo tiempo un bribón, un merodeador, un gracioso, etcétera) y la puso a una lado. Inmediatamente pasó la reina diciendo:

  • Esta señora me recuerda a Eva, así como a la humilde Virgen que dio a luz a Jesús. Y a la reina de Saba, que llegó desde los confines de la tierra para admirar la sabiduría de Salomón. El rey me recuerda a Salomón, y también que debo adorar al Rey del cielo y de la tierra, y servir a mi soberano, Jorge III, rey de Inglaterra.
  • Maravilloso –dijo el alcalde-, pero, ¿por qué no dices nada de la sota?
  • También puedo satisfaceros con esta carta si prometéis no enfadaros.
  • Te lo prometo, sigue adelante.
  • La sota (o el granuja, o el mayor de los granujas) que conozco es este sargento que me trajo ante usted.

 

El mazo de cartas
  • Sigamos adelante. ¿No tienes nada más que decir?
  • Si cuento el número de puntos de un mazo de cartas, me doy cuenta de que hay trescientos sesenta y cinco. Es decir, tantos días como hay en el año. También veo que hay cincuenta y dos cartas en un mazo, y el mismo número de semanas en un año. En el mazo de cartas hay doce figuras, lo que me recuerda a los doce signos del Zodíaco. También a los doce apóstoles, las doce tribus de Israel y las doce puertas de Jerusalén. Las cuarenta cartas numerales me recuerdan a los cuarenta días y cuarenta noches que Moisés pasó en el monte Sinaí. Tras los que recibió la ley y los mandamientos sagrados para el pueblo de Israel. Y los cuarenta días que Jesucristo pasó en el desierto. Una baraja de cartas me sirve como biblia, almanaque, libro de oraciones y para jugar al mismo tiempo.

 

El alcalde, encantado por la agudeza de Richard y su ingeniosa disculpa, le puso una moneda de oro en la mano. Y le dijo que era el camarada más agradable y avispado que había visto en su vida. También ordenó a sus sirvientes que lo trataran bien en la cocina.

¡Cuántos estudiosos importantes que han pasado la mitad de sus vidas hojeando una baraja de naipes tendrían problemas para encontrar un significado tan ingenioso como el del soldado inglés!

 

 

Aprender Cartomancia con humor: Resumen

 

A modo de resumen para que lo interiorices mejor podemos indicar lo siguiente:

  • Hay 52 cartas en un mazo de cartas de Baraja Francesa, y también hay 52 semanas en un año.
  • Los palos sólo tienen dos colores (rojo y negro) que representan el día y la noche.
  • Existen 4 palos en la baraja, de la misma manera que existen 4 estaciones en el año.
  • Tenemos 13 cartas en cada palo. Y 13 es también el número de semanas en cada estación y el número de ciclos lunares en el año.
  • Hay 12 Cartas de Corte (Sota, Reina y Rey), y son 12 los meses del año.
  • Si los sumamos todos (1+2+3+4+5+6+7+8+9+10+11+12+13) nos da 91 y multiplicado por los 4 palos nos da 364, más el jóker = 365, como los días del año.

Aprender Cartomancia con humor: Conclusión

 

Aprender Cartomancia con humor

Aprender Cartomancia con humor, como has podido ver, facilita el proceso de aprendizaje de los conceptos básicos de la Baraja. Obviamente te has dado cuenta de que este artículo se refiere a la Baraja Francesa, la cuál enseñamos a leer en 78 Puertas. Tienes la información de nuestros cursos aquí.

Y aunque determinadas partes del texto aluden en exclusiva a dicha Baraja de Póker, hay otras partes que de forma genérica se pueden aplicar al Tarot, o a la Baraja Española, por ejemplo.

Aprender las cartas con humor es un primer paso, te permite un primer acercamiento a la Cartomancia. A partir de aquí, depende de ti el profundizar en este maravilloso arte de leer las cartas.

 

Bibliografía

Gran Enciclopedia del Tarot, de Stuart R. Kaplan. Publicada por US Games en el año 2006.