Uno de los aspectos más fascinantes del Tarot es la libertad que nos proporciona. Y puede que ése sea uno de los focos de atracción, que a modo de imán gigantesco, impulsa a la gente a acercarse al Tarot.
En este artículo del blog de 78 Puertas vamos a hablar sobre este tema, sobre la libertad y el Tarot, sobre la fascinación que ejerce en nosotros el Tarot.
El Tarot y la Libertad
¿Por qué el Tarot nos da libertad?
En un artículo anterior ya reflexionamos sobre el Miedo a la Libertad en el Tarot. Si no lo leíste, te recomiendo hacerlo. Puede servir de base para comprender mejor este artículo de hoy. Ahí algunas personas que en este mundo moderno aparentemente lleno de libertad, están tan aisladas, se sienten tan solas, que la libertad les da miedo.
Pero no todo el mundo es así. Hay otras personas a las que les gusta soñar con volar libre como un ave, y si es un águila o algo similar, mucho mejor. Eso se debe a que la mayoría de nosotros, en nuestro día a día, no tenemos el grado de libertad que queremos. Esa libertad, ese volar como un pájaro, esconde o camufla el deseo de escapar. Escapar de nuestra realidad.
Pero para poder hacer eso, necesitamos control, la capacidad de influir en los acontecimientos para que éstos sucedan a nuestro favor. Y aquí es donde entra el Tarot. Porque el Tarot te proporciona por un lado conocimiento, qué va a pasar o qué puede pasar si eliges el camino A y qué si eliges el camino B. Pero también te dice qué puedes hacer para ayudar a que suceda X o qué te conviene hacer para evitar que suceda Y.
Es decir, el Tarot nos da conocimiento. Y, tal y como dijo un gran sabio, ni más ni menos que Sócrates en el siglo V a.C., el conocimiento nos hace libres.
¿Por qué nos fascina el Tarot?
Las cartas del Tarot no dejan de ser cartones pintados. Y la imagen representada en esos cartones varía según qué tipo de mazo se emplee. Pero cuando cualquier persona mira estas imágenes, nota, percibe, siente algo. ¿Por qué? Porque las cartas del Tarot hablan directamente a nuestro inconsciente.
Sea del tipo que sea el mazo de Tarot que se utilice, vemos unas imágenes que podemos interpretar, que podemos entender mejor o peor según nuestra formación en este aspecto. Pero siempre se produce una especie de “click” dentro de nuestro interior que nos hace entender el mensaje. Al menos el mensaje que podemos interpretar directamente. Si además acudes a un buen tarotista, el mensaje que recibes se ve enriquecido por todo un cúmulo de detalles. Y estos detalles son importantes.
Porque son precisamente en estos detalles donde reside la información que el Tarot nos brinda. Tenemos problemas o dudas que resolver, y el Tarot nos proporciona la información necesaria sobre este tema. Luego entra en juego nuestra Libertad de elección sobre estos datos que nos da el Tarot. Podemos emplearlos o no.
Pero el Tarot nos abre una ventana desde la que vemos un panorama diferente, o una forma de acercarse al problema en cuestión que no se nos ocurría antes. Y esto es lo maravilloso del Tarot. Y por esto fascina tanto el Tarot. Porque nos permite ser libres, verdaderamente libres. Hay otros aspectos de nuestra vida en los que no tenemos tanta capacidad de maniobra como nos gustaría. En cambio, el Tarot nos engrandece nuestra perspectiva, nos enseña las cosas desde otro ángulo. Y también nos aporta datos con los que poder tomar mejores decisiones.
Ahora bien, las decisiones las tomamos nosotros. El Tarot informa, pero no decide. Somos nosotros los que decidimos, empleamos nuestra libertad, nuestro libre albedrío.
¿Por qué hay gente que tiene miedo al Tarot?
Esta pregunta es harina de otro costal. Básicamente lo podemos dejar reducido a dos motivos, aunque hay más. Por un lado, la incompetencia de aprovechados de la vida que ven en el Tarot una forma fácil de conseguir dinero sin esforzarse. Estos individuos son parte del problema de que se genere tan mala fama e incluso miedo al Tarot. No por el Tarot en sí mismo, sino por la persona que pueda leerte las cartas.
Y por otro lado tenemos a todos esos grupos de poder, puedes ponerles el nombre que prefieras, para quienes la libertad individual es un gran peligro. Porque esos grupos nos prefieren a todos mansos, ciegos y cumpliendo las normas, que ellos dictan, sin discutirlas. El que alguien ejerza su libertad de acción, con Tarot o sin él, es algo que les pone los pelos de punta. Ellos prefieren al ciudadano modelo de la sociedad que cumple fielmente las directrices impuestas, no se cuestiona nada y hace lo que se supone que tiene que hacer. Y a todos nos gusta ser aceptados en el grupo de lo que se considera socialmente aceptable, ¿verdad?
Pensar por ti mismo, tener capacidad de elección y ejercerla, expresar claramente tus opiniones y quejarte por lo que consideras que está mal,… Hubo personas que fueron quemadas en la hoguera por mucho menos en otros tiempos.
Conclusión
El Tarot por sí mismo no es ni bueno ni malo, sólo nos da información. Y esta información que nos da, según cómo la usemos, es la que nos ayuda a ejercer nuestra libertad, a ser un poco más libres. Al final, todo va a depender de si nos atrevemos o no a emplear la información que nos da.
Es algo parecido a cuando vemos la predicción del tiempo para el día siguiente. Si sabemos que va a llover, podemos prepararnos de una manera. Si nos dicen que va a hacer mucho calor y tiempo seco, nos prepararemos de otra. La predicción del tiempo no es mala. Saber el tiempo que va a hacer mañana, tampoco lo es. De la misma manera, saber que el Tarot te anima a hacer, por fin, ese viaje tan deseado, tampoco es malo. El Tarot sólo te proporciona información para que tú decidas mejor cómo actuar con libertad en este tema. Habrá ocasiones en las que puedas actuar de forma libre, y otras en las que estés más atado, pero por lo menos el Tarot te habrá mostrado caminos alternativos que seguir en caso de que surja esa oportunidad.
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